En Latinoamérica existe la costumbre de en cada festividad hacer uso de la pirotecnia para hacer más “alegre” la noche, sin embargo, nunca nos ponemos a pensar en todo el daño que hacemos no solo al medio ambiente, sino a nuestras propias mascotas.
Todos hemos escuchado que su oído es más sensible y es cierto pero para poder entenderlo debemos desglosar un poco más.
¿QUÉ ES LA FRECUENCIA?
La frecuencia es que tan agudo o grave es un tono. Los humanos percibimos frecuencias entre 31 y 10 mil hertz (Hz), mientras que los perros escuchan frecuencias entre los 64 y 44 mil hertz (Hz) pero, ¿qué pasaría si superamos estos limites? En realidad nada, la mayoría del tiempo percibimos sonidos que superan estas frecuencias y simplemente dejamos de escucharlas o pasan desapercibidas, con algunos animales sucede lo mismo.
¿QUÉ ES LA INTENSIDAD?
La intensidad nos dice la potencia acústica. En humanos se ha comprobado que a partir de 120 decibeles podemos dañar el oído ya sea temporal o permanente. Mientras que, en perros no se tienen datos exactos, existen casos de perros policías que están expuestos al ruido constante de armas de fuego que tienen intensidad entre los 144 y 172 decibeles y como consecuencia de esto algunos han perdido el oído.
Con estas dos definiciones ya podemos ir entendiendo un poco mejor la situación, lo que lastima a los animales no es la frecuencia, sino la intensidad, ahora bien, pasando a preguntas más importantes…
¿CUÁNTO RUIDO PRODUCE LA PIROTECNIA?
Esto depende del artefacto que se este usando y la distancia a la que nos encontremos, sin embargo, los sonidos pueden variar desde 80 a 180 decibeles ¡SUPERANDO HASTA EL MISMO LÍMITE QUE NOSOTROS MISMOS PODEMOS TOLERAR! Recordemos que los humanos podemos dañar nuestro oído a partir de los 120 decibeles.
¿CUÁL ES EL VERDADERO PROBLEMA?
Algo muy importante que debemos entender es que nuestras mascotas no están acostumbradas a escuchar ruidos muy fuertes como los perros policías (esto no quiere decir que los perros policías tengan ese súper poder de inhibir los sonidos, claro que también les duele pero lamentablemente no tienen otra opción), esto lo podemos observar cuando accidentalmente se nos cae un objeto al piso y suena un poco fuerte, nuestra mascota automáticamente reacciona espantada, lo mismo sucede con la pirotecnia, este tipo de ruidos suceden de la nada a cualquier hora del día y hasta a nosotros mismos nos espanta, no debe de extrañar que a los animales no les va a dar miedo.
El estar expuestos a sonidos fuertes, imprevistos y desconocidos, puede ocasionarles nerviosismo, estrés o hasta la muerte. Cada animal presenta reacciones diferentes, a continuación te platicamos algunos de ellos…
REACCIÓN EN PERROS
La agudeza auditiva de los perros es una de las causas que provoca que el sonido de los fuegos artificiales sea una experiencia negativa para ellos. Muchos de los perros sufren diferentes reacciones ante este tipo de sonidos, pueden provocar:
Si este tipo de sonidos los experimenta en sus primeros años de vida existe la probabilidad que se convierta en una fobia, aunque no es lo único, hay más aspectos que viven los cachorros que pueden afectar su vida adulta, si quieres que tu cachorro se desarrolle de la mejor manera te recomendamos leer nuestro artículo:
REACCIÓN EN GATOS
La respuesta de los gatos ante este tipo de sonidos son menos evidentes, sin embargo eso no quiere decir que no les moleste o asuste, suelen tener respuestas similares a los perros como esconderse o escapar.
En ocasiones su curiosidad es tan grande que muchos de los gatos que se encuentran cerca de este tipo de artefactos los llegan a ingerir, a veces pierden la vista o hasta se ven afectados por las explosiones que se puedan provocar.
REACCIÓN EN AVES
En aves si es más impactante, el ruido de la pirotecnia puede ocasionarles taquicardias e incluso la muerte. Un claro ejemplo del estrés que se les provoca a las aves es el abandono temporal o permanente de sus hogares.
Por otro lado, ante los fuegos artificiales les provoca desorientación y pánico ocasionando que se estrellen contra edificios o vuelen hacia el mar. El huir de estos sonidos ocasionan que muchas aves no recuerden cómo regresar a sus nidos provocando que muchas crías queden desamparadas.
